UN GRAN COMPLEMENTO

No hay duda alguna que el amor es de locos y que le pertenece a personas irracionales, así es, irracional, piensen por un momento en dos iguales... ¿A dónde llegarían? ¿Qué sería de dos pasivos caminando sin una pizca de locura? O dos locos en la vida, ¿Quién los controlaria? ¿Qué sería de la energía sin sus polos opuestos?... Ahí está la respuesta del amor, se necesita un poco de todo, porque de lo mismo no funcionaría, no se llegaría a ningún lado. ¿Acaso la tuerca se parece al tornillo? Nada, son tan diferentes, pero juntos son un conjunto de fuerzas, un complemento que encajan a la perfección... Eso es amor, un conjunto de rarezas entre dos personas distintas, cada quién como es, entrelazándose para forman un solo cuerpo, una sola energía, un solo pensamiento, siendo independiente él uno del otro, qué no se necesitan, pero sí se elijen para estar juntos... El amor es cuestión de decisión, más no de necesidad. Es cuestión de locura más no de cordura. Es cuestión de amar libremente sin que te secuestren. El amor es aceptar los demonios del otro, no dominarlos, es más bien entenderlos y dejarlos libres para que no se ahoguen y no huyan al sentirse con cadenas. El amor es tan bonito vivirlo y expresarlo tal y como lo sientes, viviendo el día a día la noche por noche y no llenándolo de falsas expectativas, de vanas promesas y tantas palabras falsas. Es tan bonito ver como se pierden en el mar de sus ojos, ver que eres de él por voluntad propia y que él es tuyo porque así lo desea. Es tan bonito esa confianza que se da, que no cabe ni una duda de su libertad, porque conoces también a esa persona, que no necesitas llenar tu cabeza de tonteras o de patrañas, por eso lo amas libre como el viento, sabiendo aterrizar en las noches en tu regazo. El amor es eso y mucho más y es todavía más bonito cuando la otra persona siente al igual que tú. Y para eso no se necesita de tiempo solo se necesita de magia y de sentir lo mismo en el corazón, siendo dos personas totalmente diferentes, queriendo amar con verdad. 

John Valero